La introducción de la semana de 4 días ha supuesto también un gran reto para nosotros desde el punto de vista económico. Desde la introducción, hemos dejado de facturar unos dos millones de euros, al no facturar a nuestros clientes las horas no trabajadas. Sin embargo, estamos convencidos de que esta inversión en la conciliación de la vida laboral y familiar de nuestros empleados dará sus frutos a largo plazo.
Queremos garantizar que nuestro modelo de jornada laboral sea justo y armonioso para todos. Por eso hemos decidido que los empleados puedan dar un paso intermedio tras diez años de antigüedad y reducir su jornada semanal de 36 a 34 horas.

Trabajamos continuamente para mejorar nuestro modelo de tiempo de trabajo y evaluamos su impacto en el rendimiento de nuestro equipo. Esperamos identificar indicadores de rendimiento positivos y seguir optimizando el modelo a partir de las disertaciones que se están llevando a cabo en colaboración con la Universidad de Ciencias Aplicadas de Múnich y la Universidad Ludwig Maximilian.
Let´s CIB!